El quiebre temporal es la alteración del orden cronológico de los sucesos. Cuando se acerca produce un juego de saltos entre tiempos y espacios, traslada la acción al pasado, al futuro, al presente, al no lugar; el quiebre temporal interrumpe la narración brevemente, permite dar un vistazo a lo que viene, incentiva la quietud, un fenómeno que no figura en medios de comunicación como si lo hacen las lluvias torrenciales, inundaciones, tsunamis o terremotos.Sin embargo, para aquel que experimenta la fractura, la vida no vuelve a ser la misma.
Una residencia artística llama a la ruptura, es una exploración profunda e inmersiva que genera una pausa. Implica mirar con ojos nuevos el trabajo de años, sumergirse en un entorno diferente para concretar ideas. Mientras el mundo alrededor avanza igual que siempre, el residente se encuentra en estado de irrupción, dedicado a la obra. entregado a pensarla, vivirla, criticarla, definirla, moldearla y, a la vez, es una experiencia novedosa, que lo lleva a conectar con otros, construir desde las confluencias y el encuentro. Residir es entonces la búsqueda consciente por vivir el quiebre temporal.
Las residencia en artes plásticas y visuales del Instituto Distrital de las Artes- Idartes, han buscado, desde 2017, momento en que se crearon las residencias en el Bloque Pedagógico del Parque Nacional, brindar espacios de creación artística y encuentro a creadores. Los proyectos ganadores son seleccionados por convocatoria pública, en varias modalidades: residencias en bloque distrital, que premia a artistas de la ciudad de Bogotá y zonas aledañas, con no más de cinco años de trayectoria artística; residencias en bloque nacional, que premia a artistas de diferentes regiones del país y los invita a trabajar en Bogotá; las residencias nacionales, que invitan a artistas bogotanos a residir en diferentes espacios culturales de la ciudad y otras ciudades de Colombia , entre otras. De esta manera, se ha creado un circuito, un trampolín, artistas en constante movimiento que producen sus obras desde diferentes rincones, intercambiando ideas y experiencias para la revitalización del las artes plásticas y visuales.
Esta exposición es la muestra del trabajo perfeccionado con los años. Diez artistas que fueron residentes entre el 2017 y el 2021, mostrarán sus proyectos desarrollados en Bogotá, Barranquilla, Cali y Cachipay, Colombia, Venezuela, Oaxaca, México. Ellos, que han vivido el quiebre temporal presentan aquí el resultado de este alto.
Alvaro Enrique Cabrejo narra un episodio donde lo documental se funde con la ficción y crea fábulas; Armando Enrique Ruiz devela el problema de los asesinatos extrajudiciales por parte de las fuerzas armadas del Estado Venezolano; Laura Carolina Wiesner complejiza la relación en las aguas del río Magdalena; Daniela Acosta Parsons busca la posibilidad de crear conocimiento histórico a través de la ficcionalización de la historia; Jenniffer Avila crea medicina ilustrada para sanar las múltiples heridas de la colonialidad patriarcal; Jerson Murillo desmitifica y cuestiona las narrativas sobre el hambre y la escasez; Fredy Clavijo detona diferentes potencias poéticas que subyacen en el contexto; David Escobar alude a esos espacios que, como el lenguaje, se habitan en movimiento; Luna Aymara de los Ríos, explora la representación pictórica femenina del "hacer justicia por mano propia" y Laura Magdiel Escobar se pregunta por la irrupción por el pasado y el futuro como fenomeno historico y, sobre todo, por la posibilidad de futuro. Ahora se encuentran aquí, en este espacio expositivo, cada uno con sus proyectos que nos hablan del archivo, de la memoria, de la ficción, del pasado, el presente y la discontinuidad.
Texto de sala.